Muy seria, paciente y atenta a lo que está sirviendo o preparando en su carrito de comida rápida esta Yeila a la salida del metro, yo espero que levante su cabeza para saludarla, cuando nuestros ojos se topan le doy un rápido
¡buenos días! Pues sé que está muy ajetreada a esa hora, ella al verme sale de su pepel de trabajadora y con una sonrisa que repara almas, me responde en español pero con una acento muy haitiano: ¡Muy buenos días, que tenga un lindo día!
Como eso no va a ayudar que el día sea el mejor?
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